Tuesday, November 21, 2006
Más sobre células-madre
- Don Antonio! - interpelo a mi amigo, el viejo profesor, mientras nos tomamos sendas tazas de humeante café - ¿por qué abordas de nuevo este asunto sobre el que los visitantes de la página pilumdigital.com ya disponen de una amplia información, fidedigna y exhaustiva?
(artículo de José María Macarulla).
- ¿No te das cuenta de que los enemigos de Dios y del orden natural repiten hasta la saciedad, día tras día, sus argumentos inhumanos para machacar la mente de cualquier ciudadano incauto y desprevenido? Así van colocando sus opiniones personales como si fuesen dogmas irrefutables. En el fondo aplican aquel eslogan del nazi Goebbels que venía a sostener que "una mentira repetida cien veces acaba convirtiéndose en verdad". En sus historias, se compadecen con tanta ternura de ciertos enfermos aquejados de dolencias difícilmente curables que justifican por ello la fabricación y muerte de innumerables embrioncitos humanos, sin ninguna garantía real de que la muerte precoz de estos niños pueda resolver con eficacia aquellas situaciones ciertamente dolorosas.
Con otras palabras, defienden este caso-modelo: "Si tienes un hijo o un familiar con parálisis neurológica, diabetes, alzheimer, parkinson, cardiopatías u otra enfermedad prácticamente incurable compra o consigue un niño pobre y abandonado, le extraes en el quirófano las vísceras que necesites utilizar para tu enfermo y arroja el resto del chiquillo al cubo de la basura. Para ello tienes todo el derecho del mundo pues, en caso contrario, ese niño se moriría de todas formas, tal vez de hambre o de frío en plena calle, y tu enfermo no se aprovecharía de una oportunidad tan fabulosa".
- Comprendo el símil porque éste y no otro es el tratamiento preconizado para los embriones humanos sobrantes, congelados a millares en tantas clínicas de fecundación asistida, como las llaman ellos.
- Ya sabes que las células madre o troncales pueden obtenerse tanto de embriones humanos- al tiempo que se les mata- como del cordón umbilical, y también de tejidos adultos de los propios pacientes. No se ha probado la eficacia real de las primeras en curar esas enfermedades, en cambio sí se ha ensayado con notable éxito, por ejemplo, el uso de células madre de origen muscular propio para curar a pacientes que habían sufrido un infarto....
- ¿Y esto no se cuenta porque respeta la moral y la ética científica y no potencia la soberbia del investigador?
- ¡Exacto! La ilusión y el placer de esos individuos soberbios es fabricar nuevos hombres para disponer de su vida y poder destruirlos impunemente, a voluntad.
- ¿Llamas hombres a estos embrioncitos?
- ¡Claro, porque lo son! Tienen la naturaleza humana. Una vez se han unido los gametos masculino y femenino se engendra un nuevo ser de nuestra especie. Si se le alimenta adecuadamente, es decir, se le implanta en un útero apropiado, va a desarrollar un hombre completo, distinto de sus progenitores. Y de su posible nodriza, si el útero elegido no era el de su madre natural. ¿Tú crees que por ser joven e inmaduro todavía carece de derechos humanos? Si aceptásemos el principio de que los embriones aún no son seres humanos podríamos elegir a capricho la edad de la "humanización" y así matar a los niños que aún no supiesen hablar o que no tuvieran toda la dentadura o que fuesen más retrasados que los demás, etcétera, etcétera,..... La biología es muy precisa y considera que es ser humano todo aquél que tiene nuestra naturaleza, está vivo y tiene la posibilidad de desarrollar las características propias de nuestra especie. Otro criterio podría dejar la vida de un ser en manos de la arbitrariedad de otro, en este caso, del investigador,.....
- En resumen, que para disponer de células madre, es decir, totipotentes o pluripotentes, no es necesario interferir o alterar la reproducción humana, que es algo tan sagrado que hasta Dios mismo acude allí para crear el alma inmortal que va a informar y dirigir este nuevo ser. Y una vez más se cumplirá la conocida sentencia bíblica "lo que Dios ha unido no lo separe el hombre". En otras palabras, la creación de cada nuevo ser humano es un hecho sagrado que nadie tiene derecho a utilizar a su capricho. Hay que respetar los cauces naturales para la generación de nuevos individuos: cada uno de nosotros debe ser hijo de la expresión espontánea del amor que se profesan nuestros respectivos padres.
- Además, estos científicos, a veces, con esos embriones, hacen experimentos que ni siquiera han intentado realizar con animales de laboratorio. ¿Y sabes por qué?
- Me figuro que es más barato y cómodo experimentar con una mujer, que en el proceso de reproducción asistida suele pagar, sin saberlo, sus gastos colaterales, que con una vaca , una yegua o una cerda, las que habría que comprar, mantener y aposentar en los laboratorios, y todo ello gratis para la protagonista.....
- ¡Exacto! Y los embrioncitos sobrantes se pueden eliminar de mil maneras. Si ya los han implantado en el útero se hace una reducción embrionaria, es decir, con otras palabras, un aborto selectivo de los no deseados. Y, si no los han necesitado, se congelan y se plantea un problema logístico a toda la nación y a todos los países ¿ matarlos, abandonarlos o experimentar con ellos? En esta situación hay muchos miles de españolitos aún sin registrar en los juzgados.
¿Por qué no experimentan primero con animales -que carecen de alma inmortal y por tanto de derechos humanos- y aplican después al hombre aquello que resulte útil y compatible con la ética? ¿Recuerdas cómo en el Génesis Dios confiere a Adán el dominio sobre los peces del mar, las bestias del campo y las aves del cielo? De este modo la Medicina avanzará más aprisa y podremos elegir qué células tomar del hombre, paciente o donante, para curar cada enfermedad que se presente.
- ¡Y sin mancharnos las manos de sangre, humana, por supuesto!
José Mª Macarulla.
Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la UPV